sábado, 29 de noviembre de 2008

Poema 1998

Un día mi corazón se detendrá

y como si de un árbol se tratase,

en lo más hondo,

sus ramas se habrán deslizado bajo la tierra

en busca de otros corazones

que ya, fuertemente atados,

seguirán dándole alimento.

Y yo me elevaré ligera,

me desharé de la funda que me envuelve

y como si de un halo de luz se tratase,

lanzaré mil destellos a mi paso,

sólo por hallar el camino por donde te marchaste.

Y sonreiré,

mecida en la atmósfera de

un atardecer rojo y soleado,

sabiendo que no existe el tiempo,

que todavía nos amamos,

que soy parte de un todo

y que todo forma parte de mí.

Y que tú, estarás otra vez conmigo.

Y esta vez para siempre.

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