miércoles, 14 de marzo de 2007

Me educaron...

Me educaron para el éxito y mi mayor éxito es saber que no tengo educación.
Me educaron para competir y mi mejor competición es no competir con nadie.
Me educaron para ser fuerte, pero esta asignatura la tengo pendiente.
Me educaron para ser firme y mi firmeza es como el junco de la ribera, que se inclina amable con el soplo bondadoso de la brisa.
Me educaron para ser valeroso y aún me da miedo la oscuridad.
Me educaron para amar al prójimo, pero al prójimo, por lo que veo, no lo educaron para que me amara.
Me educaron para ser decidido y mi primera decisión aún está por tomar.
Creo que nunca quisieron educarme; tal vez domarme. Ahora soy como un caballo salvaje que se encabrita no más quieran colocarle la brida de la educación. Soy un loco, estoy loco ... allá los cuerdos con su educación! El loco de la colina.

lunes, 5 de marzo de 2007

Despierta, imbécil

Alguien dijo una vez que le gustaría que el mundo fuera como el supermercado de su barrio: bien pertrechado de mercancías y con entrada libre. Y otro le replicó: Señor, el problema del capitalismo no es que sea malo, es que no hay para todos. A la vista está que nunca el mundo fue más rico y nunca tantas las desigualdades sociales. El mundo avanza sobre las espaldas de los más débiles. ¿Qué hacer? Porque algo hay que hacer. El problema de los daños al planeta Tierra -amenaza nuclear, daños irreversibles a la naturaleza, agotamiento de recursos, crecimiento exponencial de la humanidad, etc- están íntimamente relacionados con la economía global. No estamos hablando de efectos colaterales sino de la misma lógica del sistema. La interrupción de esta lógica no significa volver a las cavernas. Es sencillamente saber si hacemos del progreso el objetivo de la humanidad, o a la humanidad objetivo del progreso. Sé que petroleros, constructores, especuladores y, en general, los hombres de la guerra y el negocio no pueden cuestionar la lógica del progreso porque eso sería como cortar la rama que los sostiene. El despertar lo produce, más bien, la conciencia de peligro. Pero estamos en peligro. Y es hora hacer algo. Despierta, imbécil.

www.despiertaimbecil.com