martes, 18 de marzo de 2008
BOICOT a PROCTER&GAMBLE
Marketing de guerrilla II
Marketing de guerrilla
viernes, 14 de marzo de 2008
Piensa por tí mismo
"Soy un demócrata. Soy un cabrón"
No condeno al rey Fahd, honrado por el rey de España, que tala cabezas, poda manos y arranca ojos, que humilla a las mujeres y amordaza a los opositores, que se enseñorea sin periódicos, parlamento ni partidos políticos, que viola filipinas y tortura indios y egipcios, que gasta la tercera parte del presupuesto de Arabia Saudí en los 15.000 miembros de su familia y financia los movimientos más reaccionarios y violentos del planeta.
No condeno al general Dustum, aliado de los EEUU en Afganistán, que ha ahogado en un contenedor a mil prisioneros talibán a los que había prometido la libertad y que murieron chupando las paredes de hierro de su prisión.
No condeno a Turquía, miembro de la OTAN y candidato a la UE, que en la década de los noventa borró de la faz de la tierra 3.200 aldeas kurdas, ha dejado morir de hambre a 87 presos políticos y encarcela al que se atreve a transcribir en kurdo el nombre de sus ciudades.
No condeno al siniestro Kissinger, el más ambicioso asesino después de Hitler, responsable de millones de muertos en Indo- china, en Timor, en Chile y en todos aquellos países cuyo nombre salió alguna vez de sus labios.
No condeno a Sharon, hombre de paz, que dinamita casas, deporta civiles, arranca olivos, roba agua, tirotea a niños, pulveriza mujeres, tortura rehenes, quema archivos, vuela ambulancias, arrasa campos de refugiados y coquetea con la idea de «amputar el cáncer» de tres millones de palestinos para hacer más holgada la pureza de su estado «judío».
No condeno al rey Gienendra de Nepal, educado en los EEUU, que desde el pasado mes de enero ha ejecutado sin juicio a 1.500 comunistas.
No condeno a Jordania ni a Egipto, que apalea y encarcela a los que se manifiestan contra la ocupación israelí de Palestina.
No condeno la Patriot Act ni el programa TIPS ni la «desaparición» de detenidos por el FBI ni la violación de la Convención de Ginebra en Guantánamo ni los tribunales militares ni la «licencia para matar» otorgada a la CIA ni el registro policial de todos los turistas que entran en EEUU procedentes de un país musulmán.
No condeno el golpe de Estado en Venezuela ni al Gobierno español que lo apoyó ni a los periódicos que, aquí y allí, financiaron, legitimaron y aplaudieron la disolución de todas las instituciones y la persecución armada de los partisanos de la Constitución.
No condeno a la compañía estadounidense Union Carbide, que el 2 de diciembre de 1984 asesinó a treinta mil personas en la ciudad india de Bophal.
No condeno a la empresa petrolífera estadounidense Exxon-Mobil, acusada de secuestrar, violar, torturar y asesinar a decenas de personas que vivían en un edificio propiedad de la compañía en la provincia de Aceh (Indonesia).
No condeno a la empresa Vivendi, que ha dejado sin agua a todos los barrios pobres de La Paz, ni a Monsanto, que deja sin semillas a los campesinos de la India y de Canadá, ni a Enron, que después de dejar sin luz a media docena de países, dejó también sin ahorros a 20.000 personas.
No condeno a las empresas españolas (BBV, BSCH, Endesa, Telefónica, Repsol) que han vaciado las arcas de la Argentina, obligando así a los argentinos a vender su pelo a los fabricantes de pelucas y disputarse una vaca muerta para poder comer.
No condeno a la casa Coca-Cola, que penetró en Europa a la sombra de los tanques nazis y que despide, amenaza y asesina hoy a sindicalistas en Guatemala y Colombia.
No condeno a las grandes corporaciones farmacéuticas, que han acordado matar a veinte millones de africanos enfermos de sida.
No condeno el ALCA (Área de Libre Comercio de las Americas), que viola y despedaza a las obreras de las maquiladoras de Ciudad de Juárez y hace nacer niños sin cerebro en la frontera de México con EEUU.
No condeno al FMI ni a la OMC, providencia de la hambruna, la peste, la guerra, la corrupción y de toda la caballería del Apocalipsis.
No condeno a la UE ni al gobierno de los EEUU, que ponen los acuerdos comerciales por encima de las medidas para la protección del medio ambiente y que han decidido, sin plebiscito ni elecciones, la extinción de una cuarta parte de los mamíferos de la tierra.
No condeno las torturas a Unai Romano, joven vasco que, hace ahora un año, fue convertido en un globo tumefacto en una comisaría española, quedando hasta tal punto desfigurado que sus padres sólo lo reconocieron porque en la cara seguía teniendo el mismo lunar.
No condeno al Gobierno español, que el pasado mes de abril estableció el estado de excepción sin consultarlo al Parlamento y suspendió durante tres días derechos básicos recogidos en nuestra Constitución (la libertad de movimiento y de expresión), con el agravante de segregación racista, al impedir que los vascos viajaran a Barcelona con ocasión de la última cumbre de la UE.
No condeno la Ley de Extranjería, que expulsa a hombres débiles y hambrientos, los encierra en campos de detención o los priva del derecho universal a asistencia sanitaria y educación.
No condeno el «decretazo», que precariza aún más el empleo, elimina los subsidios y deja a los trabajadores, como hojarasca, a merced del cardo de los vientos de los empresarios.
No condeno, naturalmente, a Dios cuando llueve, relampaguea o truena ni cuando la tierra tiembla ni cuando el volcán vomita su fuego sobre los hombres.
Soy un demócrata: me importa un carajo la muerte de niños que no son españoles; me importa un carajo la persecución, silenciamiento y asesinato de periodistas y abogados que no piensan como yo; me importa un carajo la esclavitud de dos mil millones de personas que nunca podrán comprar mis libros; me importa un carajo el recorte de libertades mientras sujete yo libremente las tijeras; y me importa un carajo incluso la desaparición de un planeta en el que ya me he divertido tanto.
Soy un demócrata: condeno a ETA, a los que la apoyan y a los que guardan silencio, aunque sean mudos de nacimiento; y exijo, por tanto, que se prive de sus derechos ciudadanos a 150.000 vascos, que se les impida votar, manifestarse y reunirse, que se cierren sus tabernas, sus editoriales, sus periódicos, incluso sus guarderías; que se los meta luego en la cárcel, a ellos y a todos sus compinches (desde el joven militante anti-globalización al escritorzuelo resentido) y que, si todo esto no es suficiente para proteger la democracia, se pida la intervención humanitaria de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, fajadas ya en la heroica reconquista de la isla Perejil.
Soy un demócrata: he condenado a ETA.
Soy un demócrata: sólo he condenado a ETA y formo parte, por tanto, de todas las otras bandas armadas, de las más sangrientas, las más crueles, las más destructivas organizaciones terroristas del planeta.
Soy un demócrata. Soy un cabrón.
Fantástico artículo de Santiago Alba Rico, escritor y filósofo
jueves, 13 de marzo de 2008
¿Se puede ser más hijo de puta?
A través de la web www.animanaturalis.org me enteré que hay un laboratorio en España (www.anroch-fharma.com) que importa grasa de foca de Canadá para la composición de algunos de sus productos. Leo textualmente: Dermo Qore está elaborado entre otras sustancias con aceite refinado de focas de Groenlandia. ¿No es atroz que una empresa prime sus intereses económicos por encima de la ética y la humanidad?
Como consumidores tan sólo tenemos un arma: el boicot. Ojalá muchos de nosotros nos diésemos cuenta que presionando y con nuestra negativa a comprar sus productos, podríamos conseguir que dejasen de asesinar cruelmente animales.. pero para eso se necesita voluntad, unión, empatía..
Parafraseando a George T. Angell, a veces me preguntan ¿Por qué inviertes todo ese tiempo hablando de la amabilidad para con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre? A lo que yo respondo: Estoy trabajando en las raíces..
sábado, 8 de marzo de 2008
Dependencia emocional
—ETA acaba de cargarse a un concejal. —Eso demuestra que la política de ZP no ha hecho sino dar alas a los terroristas. —"Hombre, tal que ayer decíamos que la ausencia de atentados era un regalo electoral de ETA a sus aliados del PSOE". —No hay contradicción. Lo habría sido. Pero ojo: esta muerte también puede ser un regalo para el PSOE, si se traduce en una mayor participación. Mal de males, si perdemos otra vez, podremos decir que a Zapatero lo aúpan siempre, en el último momento, los terroristas. —Por cierto: el muerto era socialista. —Víctima, pues, de la política entreguista de su propio partido. Pero en cuanto a víctima, es de los nuestros. Nosotros somos el partido de las víctimas: incluso si no son militantes nuestros, somos los únicos que defendemos sus intereses, su dignidad. —"Hombre, va a ser un poco fuerte presentarnos en la capilla ardiente de un tipo al que, en cuanto militante del PSOE, hemos insultado mil veces por traidor y proetarra". —Y lo seguiremos haciendo. Pero hay que ir, de todas formas. Si cometen el error de no dejarnos entrar, o nos tratan mal, podremos aprovecharlo: tras tanto pedirla, los hipócritas rechazan nuestra solidaridad desinteresada.
¿No es repugnante? Pues esa es la política del Partido Popular. No tienen corazón estos mamones. Ni principios.
Comentario extraído de www.escolar.net