domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
Poema 1998
y como si de un árbol se tratase,
en lo más hondo,
sus ramas se habrán deslizado bajo la tierra
en busca de otros corazones
que ya, fuertemente atados,
seguirán dándole alimento.
Y yo me elevaré ligera,
me desharé de la funda que me envuelve
y como si de un halo de luz se tratase,
lanzaré mil destellos a mi paso,
sólo por hallar el camino por donde te marchaste.
Y sonreiré,
mecida en la atmósfera de
un atardecer rojo y soleado,
sabiendo que no existe el tiempo,
que todavía nos amamos,
que soy parte de un todo
y que todo forma parte de mí.
Y que tú, estarás otra vez conmigo.
Y esta vez para siempre.
viernes, 28 de noviembre de 2008
miércoles, 26 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
Gilles Peress
miércoles, 19 de noviembre de 2008
El propietario
" La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.
Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.
¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario..."
Por Rafael Barrett (publicado en el diario "El Nacional", de Paraguay, el 5 de julio de 1910).
martes, 18 de noviembre de 2008
La puta cueva
jueves, 6 de noviembre de 2008
Yes we did!!
lunes, 3 de noviembre de 2008
Pilar Urbano, ese engendro del opus
«Empiezan equiparando el matrimonio y la pareja. Y, dentro de esa aleatoria y zoológica cosa llamada la pareja -va de suyo que ahí no hay más que apareamiento- dicen que a efectos civiles y mercantiles da lo mismo que sean un hombre y una mujer, que dos tíos, que dos señoritas… Van por la pela. Se trata de generar derechos: una pensión de viuda para un maricón fiel hasta la muerte; una mensualidad indemnizatoria para la cónyuge machihembra abandonada por el cónyuge marimacho; la herencia del sarasa rico, recomido de sida… Pero, para que el aberrante esperpento cuele, echan mano de la fibra sensible: el derecho a adoptar niños. Hombre, en toda adopción hay una sustitución, una paternidad/maternidad simulada, de ejercicio y no de origen. Pero éstos, además de la simulación, buscan la suplantación y la impostura».
«Dos homosexuales podrán ser un par, por aquello de ser dos, como las alpargatas. Pero nunca serán una pareja. Ni siquiera una yunta. Y por supuesto, jamás un matrimonio. Esa institución (monogámica, heterosexual, formalizada y consensual) o se da entre un varón y una hembra o no se da».
«Sería perverso y pervertidor que un niño, que una niña, se criase en el ambiente enrarecido, enfermizo, deformante, vicioso y tarado de un par de maricones o de lesbianas que fingen ser lo que no son, hacer lo que no hacen y dar lo que no tienen. No hay ni leyes, ni tribunales capaces de trasvestir a una hembra en un padre o a un macho e una madre… P.S.: El homosexual me merece el mayor de los respetos, siempre que sepa apechugar con su desviación, a solas».
(Perla encontrada por Villena en Facebook, en el grupo “pedimos que Pilar Urbano se retracte de su artículo del año 1994″)
Finales felices
Entre esa noticia y la del chorizo de cachuli que también hará sus declaraciones en exclusiva por 60.000 euritos, la cadena amiga demuestra lo que es: Una puta bazofia. Esto me hace pensar en los finales felices de las películas. Antiguamente el final feliz consistía en que el malo moría, recibía su merecido, caía en desgracia y el bueno siempre triunfaba.
Aquello se acabó.
Ahora es el delincuente, el corrupto, el sinverguenza, el amoral y el asesino el que triunfa. Se habla de él, se lleva pa$ta, ocupa portadas. En el peor de los casos, paga por sus delitos un par de añitos de cárcel y después vive a cuerpo de rey (qué bien utilizada esta expresión.. eh, majestad?) con todo lo robado y de todas las exclusivas que concede y/o libros que escribe. Y para más inri, aún le llueven churris que quieren sentarse encima de sus rodillas.
El ensalzamiento de la pillería. Y lo más deprimente, todos lo consentimos.
Si todos tuviéramos lo que hay que tener (un mínimo de verguenza) ni la Justicia permitiría que ningun ex reo tuviese al menos durante cinco años (tiempo suficiente para que deje de ser noticiable y no pueda forrarse aún más) la oportunidad de vender ese episodio de su vida (episodio por el que fue encarcelado) a ningún medio de comunicación.
Ni ninguna cadena debería sentar a semejantes personajes en sus programas.
Ni ningún espectador debería conceder ni al delincuente ni a la cadena ni un ratio de audiencia.
Pero el caso es que nadie hace nada.
Y eso es lo que aprenderán nuestros hijos de la vida: que el malo triunfa y el bueno, siendo honrado no sale de pobre y encima no será más que un fracasado, un mediocre, alguien de quien no se hablará nunca si no espabila.
Así es esta sociedad.
Que el último apague la luz y cierre la puerta.