Democracia a la carta (Indignación y Rebelión)

Es vomitivo contemplar cómo los partidos mayoritarios en España presumen de democracia y después leer noticias como la que nos dejaron ayer unos pocos titulares en los diarios que cuentan que dichos partidos mayoritarios, PP, PSOE y los nacionalistas (CIU, PNV y Coalición Canaria), han votado en perfecta comunión para que la ley de reforma electoral no se lleve a cabo y siga siendo la escandalosa e injusta repartición del poder en el Congreso que ha sido siempre.

"Cada parlamentario del PSOE o del PP representan de media a unos 67000 votantes, mientras que en cada escaño de Izquierda Unida se amontonan, apretujados, casi medio millón de electores.." decía Escolar en su blog.

Estos partidos mayoritarios se opusieron a corregir la desproporcionalidad del sistema y acometer cualquier cambio en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) de 1985 para consagrar, como declara Llamazares en el diario Público, la ley del embudo, lo ancho para los mayoritarios y lo estrecho para el resto. Y después de hacer como que debaten, PSOE, PP y demás chusma parásita, se largaron dando un portazo en los morros de los electores que votan otras fuerzas políticas y que más nos valdría arrojar nuestra papeleta en un contenedor de basura que en una urna, visto que el resultado es el mismo.

"Han dicho NO a todo, a que el Congreso crezca a 400 diputados, a cambiar la fórmula D'Hont por otra más proporcional, a rebajar de dos a uno el número de escaños por provincia..." decía un indignado Llamazares.

Yo también estoy indignada. Indignada, asqueada, rabiosa y triste. Como dice J.Parra en su artículo en Rebelión.org: muchos ciudadanos no saben que están sosteniendo con sus votos a unos miserables que intentan mantener el estado de excepción democrática en nuestro país.

Y quiero creer que no lo saben, no que no les importa.

Artículo de Escudier en Público.