Un hombre anda por el bosque
y aunque no necesita leña mira codiciosamente los árboles.
Los árboles tienen un miedo terrible
porque conocen las costumbres de los hombres y temen lo peor.
En medio de todos está un eucalipto hermoso,
y el hombre al verlo da un grito de alegría
y baila tregua y baila catala en torno del perturbado eucalipto, diciendo así:
-Hojas antisépticas, invierno con salud, gran higiene!
Saca un hacha y golpea al eucalipto en el estómago, sin importársele nada.
El eucalipto gime, herido de muerte,
y los otros árboles oyen que dice entre suspiros:
-Pensar que este imbécil no tenía más que comprarse unos caramelitos Pictolín.
Historias de Cronopios y famas
Julio Cortázar
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3 comentarios:
Como líder del Partido Revolucionario del Celofán, veo este post como una intolerelable propaganda electoralista a favor del Partido Revolucionario del Pictolín. No apoyamos esta iniciativa.
Un saludo.
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(puto intro)
y no he terminado. Celofanes y Pictolines, Todos salimos del Eucalipto, todos tenemos derecho a ser representados.
(yastá)
las juanolas van estupendamete también, no hacía falta masacre alguna, pero los hombres hachados no son de muchos miramientos.
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