lunes, 4 de agosto de 2008

La eterna duda

Gracias a un amigo, el otro día recordé algo que escribí sobre la duda. En mi opinión, todo aquello de lo que estamos seguros, de vez en cuando, habría que ponerlo de nuevo en tela de juicio. Y vuelta a empezar. No la duda como indecisión, como desconfianza o mala fe. Hablo de la duda como del "por si acaso", del "¿y si..?" o del "tal vez". Dudar es sano. Dudar para añadirle matices, cambiar su morfología o incluso extirparlo como si fuese un cáncer y sustituirlo por otro pensamiento. Todas nuestras creencias deberían revisarse como se revisa un coche cada cierto tiempo. Porque por fortuna, no somos los mismos. Porque nuestras ideas tienen que ir acordes a nuestras experiencias, a todo lo leído, pensado y escuchado. Porque nada es inamovible, nada es sagrado ni nada es eterno.

5 comentarios:

interpreta-sones dijo...

hermana duda,
pasarán los años,
cambiarán las modas,
vendrán otras guerras,
perderán los mismos
y ojalá que tú
sigas teniéndome a tiro.

pero esta noche, hermana duda,
hermana duda, dame un respiro!

(jorge drexler)

Hèctor dijo...

Entiendo lo que dices, y estoy de acuerdo, pero parcialmente.

En ocasiones no hay tiempo para dudar, lo mejor es enemigo de lo bueno, y por tanto intentar llegar a lo óptimo es el mejor camino para no llegar a ninguna parte.

En este tipo de situaciones, avanzar es lo que cuenta, y no hay mejor decisión que la ya tomada. Se sigue con ella de la forma más coherente posible y es luego, cuando has logrado tu objetivo, cuando hay tiempo para evaluar y reevaluar tantas veces como sea necesario o acorde al presupuesto.

Y sí, hay que tener la valentía de poner en tela de juicio todo lo aprendido, pero no de forma automática. Sólo, entiendo yo, si estamos ante la evidencia de algo nuevo que ha hecho variar el escenario básico en el que nos movemos.

En según qué campos que están en constante evolución, es casi más importante saber desaprender que saber aprender. Otra cosa son las estrías que deje en el cerebro.

Pero personalmente, me inclino más por la estrategia de priorizar y simplificar, una y otra vez, de forma iterativa. Eliminas lo supérfluo, te concentras en lo esencial, y creces.

A veces podar es doloroso, pero práctico a corto/medio plazo, y fuente de evoluciones brillantes a medio/largo. Y total, siempre estás a tiempo de reevaluar en el futuro.

O al menos, esto pensaba cuando empecé a escribir el comentario. Mejor no lo vuelvo a leer.

;) besets

Maya dijo...

Y yo no sé si lo que has escrito se da de bofetadas con lo expuesto.. pero no podría estar más de acuerdo.
Sobre todo aquello de "priorizar y simplificar"

Héctor, me gusta tu cabecita.

Besets (de yogui)

LaDolo dijo...

De nuevo, volvemos a estar de acuerdo, guapetona. Yo he siempre he defendido la "duda escéptica" Cartesiana como una de las grandes aportaciones a la filosofía y, en un plano mucho más ególatra, a mi vida.

Creo que se puede vivir en la eterna duda sin quedar paralizados. La superación del escepticismo está en la honestidad del conocimiento.

Esto es, ser conscientes de que la realidad no necesariamente es como nosotros la conocemos y que, como bien dices, es mudable, está en continuo cambio.

Ser conscientes de esto pero a la vez querer creer,(I want to belive, como bien dices tú). Creer al 100% en lo que estás viviendo a cada instante.

La creencia asentada sobre la duda y no sobre la mentira del conocimiento es la manera de integrar en la vida, la duda o mejor, de integrar el conocimiento del mundo (la experiencia) porque la duda es el punto de partida.

Mare de Déu! Quin rotllo!!

Josu Sein dijo...

"And all that you ever learned, try to forget. I'll never explain again" (de "Bedtime story", tema que Björk escribió para Madonna)