jueves, 14 de febrero de 2008

Contrato de integración o cretinismo racial

Me gustaría que Rajuá especificase a qué costumbres españolas debe adherirse el inmigrante mediante la firma de ese contrato de integración.
Se refiere entre otras costumbres "typical spanish" quizás ¿a sacar a nuestro perro a cagar sin limpiar después las mierdas de las aceras? ¿a vaciar los ceniceros desde la ventanilla del coche o a lanzar el cigarrito encendido en pleno verano? ¿a gritar mientras se come en los bares? ¿a criticar a todo dios mientras nos reconcome la envidia? ¿a la famosa Ley del Mínimo Esfuerzo que tanto nos gusta? ¿a la picaresca tipo "Zaplana de Tormes"? ¿a mear en las calles o donde se nos antoje? ¿a dejar llena de basura las playas, los campos cualquier día de fiesta? ¿a tirar los escombros donde nos rote? ¿a quemar árboles por culpa de domingueros y sus barbacoas? ¿a las grandiosas corridas de los toros? ¿a otras crueldades con animales para celebración de otras fiestas? Se les llena tanto la boca de España a estos ridículos patrioteros y en el fondo no son mas que paletos de mente estrecha y en propuestas como ésta, demuestran a las claras ser unos caudillos fascistas por intentar explotar electoralmente los más bajos instintos de la población. La integración no se puede plantear por decreto o por contrato. A eso se le llama xenofóbia. Lo más importante es fomentar la educación y el respeto por las leyes. Pero de inmigrantes y españoles. Por igual. Cuando venía a España el rey Fahd a nadie le importaban sus costumbres. De hecho creo que los hoteles y hospitales se adaptaban con mucho gusto. Se hubiesen puesto un burka si era menester. Buena parte de esos empleados a buen seguro ahora ladrarán los lemas de Rajoy. Es lo que tiene el dinero, que según la cantidad que tengas, puedes ser inmigrante de primera o de tercera clase. Y si eres suficientemente rico, te llaman extranjero. Viva la pruralidad, la diversidad y el respeto. Y a la mierda la uniformidad, la alienación, la intolerancia y la politica del miedo que nos quieren imponer estos peligrosos derechones.

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